Hace unos días te contaba que creo que la edad, por sí sola, nunca debería ser el problema. Ni poca, ni mucha, ni en el medio. La falta de ganas, sí.

Pero algo que inevitablemente resuena en mi mente al ver a compañeras y compañeros jóvenes, es cuál será su futuro. Porque son nuestras acciones conjuntas de hoy las que determinarán ese futuro.

No sé si es porque por sus nueve años, me preocupa y mucho el futuro que le espera a mi hijo, y me hace estar más sensible, o simplemente porque conforme vas acumulando años piensas en cuál será tu legado.

Me preocupa el futuro profesional de mis compañeras y compañeros más jóvenes. Porque inevitablemente, al menos en una parte importante, va ligado al futuro de la farmacia hospitalaria.

Si siempre ha sido relevante tener claro lo que queríamos como colectivo profesional, y cuál era nuestro espacio, más relevante aún lo considero en la actualidad, donde poderosas incertidumbres amenazan con cambiar de forma significativa las profesiones basadas en el conocimiento, como es nuestro caso.

A veces percibo cierto derrotismo en mis compañeras y compañeros de más edad, quienes manifiestan su incapacidad de entenderse y comunicarse con generaciones sensiblemente más jóvenes.

Pero habrá que hacer un esfuerzo.

Su futuro solo lo pueden escribir ellas y ellos, pero quienes tenemos más edad podemos hacer mucho. Ayudarles, orientarles, y proporcionarles un marco de desarrollo, un camino, una esperanza.

Creo firmemente que una farmacia hospitalaria CONOCIDA, RECONOCIDA y SOLICITADA, a todos los niveles, es el mejor punto de encuentro, el espacio común que necesitamos, y el mejor legado que les podemos dejar.

Y en tu caso, ¿cuál es, o te gustaría que fuera, en un futuro, tu legado?

Faltan 212 días.

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Hace unos días te contaba que creo que la edad, por sí sola, nunca debería ser el problema. Ni poca, ni mucha, ni en el medio. La falta de ganas, sí.

Pero algo que inevitablemente resuena en mi mente al ver a compañeras y compañeros jóvenes, es cuál será su futuro. Porque son nuestras acciones conjuntas de hoy las que determinarán ese futuro.

No sé si es porque por sus nueve años, me preocupa y mucho el futuro que le espera a mi hijo, y me hace estar más sensible, o simplemente porque conforme vas acumulando años piensas en cuál será tu legado.

Me preocupa el futuro profesional de mis compañeras y compañeros más jóvenes. Porque inevitablemente, al menos en una parte importante, va ligado al futuro de la farmacia hospitalaria.

Si siempre ha sido relevante tener claro lo que queríamos como colectivo profesional, y cuál era nuestro espacio, más relevante aún lo considero en la actualidad, donde poderosas incertidumbres amenazan con cambiar de forma significativa las profesiones basadas en el conocimiento, como es nuestro caso.

A veces percibo cierto derrotismo en mis compañeras y compañeros de más edad, quienes manifiestan su incapacidad de entenderse y comunicarse con generaciones sensiblemente más jóvenes.

Pero habrá que hacer un esfuerzo.

Su futuro solo lo pueden escribir ellas y ellos, pero quienes tenemos más edad podemos hacer mucho. Ayudarles, orientarles, y proporcionarles un marco de desarrollo, un camino, una esperanza.

Creo firmemente que una farmacia hospitalaria CONOCIDA, RECONOCIDA y SOLICITADA, a todos los niveles, es el mejor punto de encuentro, el espacio común que necesitamos, y el mejor legado que les podemos dejar.

Y en tu caso, ¿cuál es, o te gustaría que fuera, en un futuro, tu legado?

Faltan 212 días.

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