No puedo haberte hablado de Roberto y su magia, de David, mi entrador personal, y no hacerlo de otro figura con el que hablo casi todos los días. El otro David, el creativo, el artista.
Ni la imagen corporativa de La FHactoria, ni la de Horizonte Farma, ni mi marca personal, ni la imagen de la candidatura (que aún no has visto), ni la de este Diario, existirían sin él.
Tengo que reconocerle que tiene una paciencia infinita. Al ver sus propuestas gráficas, funciono por respuestas emocionales, y muchas veces me es complicado explicar con palabras lo que me parecen, sobre todo cuando algo, que no sé muy bien que es, no me cuadra.
También le agradezco su constante afán por retarme con propuestas diferentes. Creo que él sabe que lo tiene muy fácil conmigo, porque en algunas formas y colores soy de ideas fijas, pero en vez de servirse de ello, lo respeta, pero lo intenta evolucionar permanentemente con propuestas más transgresoras. Y así es como consigue que progresemos permanentemente, con la sensación de que nada desdice.
Transmitir emociones con una imagen es complicado, sobre todo en contextos profesionales no propensos a las emociones como el nuestro. Pero ese es su arte, porque de lo que no me cabe duda, es que David es un artista.
Estoy muy agradecido a David, por todo lo anterior, por hacerlo todo fácil, y porque a veces, en los peores momentos, mirando imágenes en las que ha plasmado los valores y las motivaciones de esta candidatura, resuenan de nuevo en mí, y sigo adelante.
Y tú, ¿tienes a algún David en tu vida?
Faltan 214 días.
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No puedo haberte hablado de Roberto y su magia, de David, mi entrador personal, y no hacerlo de otro figura con el que hablo casi todos los días. El otro David, el creativo, el artista.
Ni la imagen corporativa de La FHactoria, ni la de Horizonte Farma, ni mi marca personal, ni la imagen de la candidatura (que aún no has visto), ni la de este Diario, existirían sin él.
Tengo que reconocerle que tiene una paciencia infinita. Al ver sus propuestas gráficas, funciono por respuestas emocionales, y muchas veces me es complicado explicar con palabras lo que me parecen, sobre todo cuando algo, que no sé muy bien que es, no me cuadra.
También le agradezco su constante afán por retarme con propuestas diferentes. Creo que él sabe que lo tiene muy fácil conmigo, porque en algunas formas y colores soy de ideas fijas, pero en vez de servirse de ello, lo respeta, pero lo intenta evolucionar permanentemente con propuestas más transgresoras. Y así es como consigue que progresemos permanentemente, con la sensación de que nada desdice.
Transmitir emociones con una imagen es complicado, sobre todo en contextos profesionales no propensos a las emociones como el nuestro. Pero ese es su arte, porque de lo que no me cabe duda, es que David es un artista.
Estoy muy agradecido a David, por todo lo anterior, por hacerlo todo fácil, y porque a veces, en los peores momentos, mirando imágenes en las que ha plasmado los valores y las motivaciones de esta candidatura, resuenan de nuevo en mí, y sigo adelante.
Y tú, ¿tienes a algún David en tu vida?
Faltan 214 días.