Hoy tengo la suerte de ser, un año más, ponente en el Aula FIR, y de hacerlo, además, con uno de los temas que más me emociona, la productividad personal.

No es fácil ser ponente en el Aula FIR. El resto de plantel de profesores es de lo mejorcito que hay, e inevitablemente siempre te comparan con el resto, y los verdaderos protagonistas, las y los R4, constituyen una audiencia retadora. Son inteligentes (muy inteligentes me atrevería a decir), no les gusta perder el tiempo, y ven muy próxima una encrucijada existencial, porque eso, y no otra cosa, es acabar la residencia.

La gran mayoría desconoce lo que es la productividad personal, así como todos los beneficios que les puede aportar, máxime ante decisiones complicadas como las que les esperan en pocos meses. Creo que aquí cubrimos un nicho de conocimiento no cubierto en su residencia.

Les hablo desde el corazón y desde la experiencia personal, con la convicción de que no les cuento todo, porque no es viable, pero sí cuento aquello que pienso que puede tener un mayor impacto potencial y beneficioso para sus vidas.

Creo que nuestras y nuestros residentes tienen suerte de que exista el Aula FIR. De que alguien apueste por ellos. De que puedan conocer diferentes visiones de la profesión, tanto en ámbitos de actividad profesional, como en formas de entender y afrontar los retos que les surjan en cualquier área de su vida.

Siempre me quedo con la duda sobre si de verdad aprovecharán todo lo que se les ha ofrecido, en el curso en general, y en mi ponencia en particular. Aunque también sé que cada uno tenemos nuestros tiempos, y por eso espero, que antes o después, todas ellas y ellos se acuerden y apliquen aquello de lo que les habló aquel compañero que les decía cómo podían dirigir su vida mediante la productividad personal.

Y tú, ¿recuerdas tu Aula FIR?

Faltan 218 días.

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Hoy tengo la suerte de ser, un año más, ponente en el Aula FIR, y de hacerlo, además, con uno de los temas que más me emociona, la productividad personal.

No es fácil ser ponente en el Aula FIR. El resto de plantel de profesores es de lo mejorcito que hay, e inevitablemente siempre te comparan con el resto, y los verdaderos protagonistas, las y los R4, constituyen una audiencia retadora. Son inteligentes (muy inteligentes me atrevería a decir), no les gusta perder el tiempo, y ven muy próxima una encrucijada existencial, porque eso, y no otra cosa, es acabar la residencia.

La gran mayoría desconoce lo que es la productividad personal, así como todos los beneficios que les puede aportar, máxime ante decisiones complicadas como las que les esperan en pocos meses. Creo que aquí cubrimos un nicho de conocimiento no cubierto en su residencia.

Les hablo desde el corazón y desde la experiencia personal, con la convicción de que no les cuento todo, porque no es viable, pero sí cuento aquello que pienso que puede tener un mayor impacto potencial y beneficioso para sus vidas.

Creo que nuestras y nuestros residentes tienen suerte de que exista el Aula FIR. De que alguien apueste por ellos. De que puedan conocer diferentes visiones de la profesión, tanto en ámbitos de actividad profesional, como en formas de entender y afrontar los retos que les surjan en cualquier área de su vida.

Siempre me quedo con la duda sobre si de verdad aprovecharán todo lo que se les ha ofrecido, en el curso en general, y en mi ponencia en particular. Aunque también sé que cada uno tenemos nuestros tiempos, y por eso espero, que antes o después, todas ellas y ellos se acuerden y apliquen aquello de lo que les habló aquel compañero que les decía cómo podían dirigir su vida mediante la productividad personal.

Y tú, ¿recuerdas tu Aula FIR?

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