A mí me gustaría, y mucho, que ella estuviese en la candidatura, y después en la Junta.

En un principio me lo pidió. Luego declinó. No supe muy bien por qué, pero por supuesto lo respeté. Hasta que transcurrido cierto tiempo lo entendí mejor.

Su recién estrenada maternidad, junto con otras circunstancias profesionales, suponen una realidad existencial difícil de soslayar.

Sin embargo, no dejo de preguntarme, ¿por qué me lo pidió entonces?, y lo único que acierto a pensar es que sus enormes ganas de estar y ser, la llevaran a hacerlo. ¿Por qué declino después?, probablemente porque el sumatorio de las incertidumbres de la reciente maternidad, la laboral de base, y la de algo que quieres, pero que en realidad desconoces completamente, es difícil de digerir, y lo primero que buscas es soltar lastre.

Lo entiendo perfectamente. Y aunque no lo entendiera, lo respetaría igual.

Pero entonces, ¿Dónde queda la conciliación? ¿Por qué esta compañera, queriendo ser y estar, tiene que renunciar a ese sueño?

Creo en la conciliación y la defiendo. En la suya, y en la del resto de componentes de la candidatura, incluyendo la mía.

No soy de insistir dos veces, porque respeto las decisiones de los demás, pero eso no quita a que si alguien cambia de opinión, estudiemos si es viable la propuesta inicial declinada, o que, en determinados contextos, haga cosas como esta entrada.

Vuélvetelo a pensar, por favor. Porque tu candidatura en pleno, conmigo a la cabeza, y después tu Junta y la SEFH, harán TODO lo necesario para que puedas conciliar tu realidad familiar y profesional, con las actividades propias de la candidatura y después del cargo. Los límites de hasta donde puedes llegar los marcarás tú.

Quizá solo tengamos siete meses y medio por delante, que ya será toda una experiencia, sin embargo, también podemos tener 4 años y siete meses y medio, demasiado tiempo para que dejes escapar una oportunidad que quieres.

En esta candidatura, la conciliación personal y profesional es un valor de primer nivel, para todos sus integrantes, y en el futuro, para la SEFH.

Faltan 231 días.

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A mí me gustaría, y mucho, que ella estuviese en la candidatura, y después en la Junta.

En un principio me lo pidió. Luego declinó. No supe muy bien por qué, pero por supuesto lo respeté. Hasta que transcurrido cierto tiempo lo entendí mejor.

Su recién estrenada maternidad, junto con otras circunstancias profesionales, suponen una realidad existencial difícil de soslayar.

Sin embargo, no dejo de preguntarme, ¿por qué me lo pidió entonces?, y lo único que acierto a pensar es que sus enormes ganas de estar y ser, la llevaran a hacerlo. ¿Por qué declino después?, probablemente porque el sumatorio de las incertidumbres de la reciente maternidad, la laboral de base, y la de algo que quieres, pero que en realidad desconoces completamente, es difícil de digerir, y lo primero que buscas es soltar lastre.

Lo entiendo perfectamente. Y aunque no lo entendiera, lo respetaría igual.

Pero entonces, ¿Dónde queda la conciliación? ¿Por qué esta compañera, queriendo ser y estar, tiene que renunciar a ese sueño?

Creo en la conciliación y la defiendo. En la suya, y en la del resto de componentes de la candidatura, incluyendo la mía.

No soy de insistir dos veces, porque respeto las decisiones de los demás, pero eso no quita a que si alguien cambia de opinión, estudiemos si es viable la propuesta inicial declinada, o que, en determinados contextos, haga cosas como esta entrada.

Vuélvetelo a pensar, por favor. Porque tu candidatura en pleno, conmigo a la cabeza, y después tu Junta y la SEFH, harán TODO lo necesario para que puedas conciliar tu realidad familiar y profesional, con las actividades propias de la candidatura y después del cargo. Los límites de hasta donde puedes llegar los marcarás tú.

Quizá solo tengamos siete meses y medio por delante, que ya será toda una experiencia, sin embargo, también podemos tener 4 años y siete meses y medio, demasiado tiempo para que dejes escapar una oportunidad que quieres.

En esta candidatura, la conciliación personal y profesional es un valor de primer nivel, para todos sus integrantes, y en el futuro, para la SEFH.

Faltan 231 días.

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