Me he dado cuenta de que te he hablado poco o nada de mi cerebro digital, y si quiero que me conozcas, necesariamente tengo que hablarte más de él, porque está completamente imbuido en mi día a día.

Se basa en el desarrollo y evolución permanente de una estructura digital basada en tres grandes ejes:

  • Memoria digital. La recopilación digital, y sistemática, de todo lo que acontece en mi vida.
  • Modelos mentales. Cuáles son, y por qué son así. Ellos son la base de mis pensamientos y decisiones.
  • Estrategia vital. Los mecanismos de control, evaluación y seguimiento de toda la estrategia de mejora continua que tengo implementada para mi vida, personal y profesional, en todas sus facetas.

Es algo que me lleva tiempo de forma diaria, y no poco, pero que sin duda me merece la pena, por tres motivos fundamentales:

  • El primero, dejarle un legado a mi hijo, que le permita conocer a su padre, y al que, además, algún día, pueda preguntar qué hacer, y por qué, ante dudas o circunstancias que le ocurran. Un legado que, en definitiva, le sirva de ayuda real cuando él sea mayor, y yo ya no esté, física o mentalmente.
  • El segundo, por mí mismo. Porque, si algún día no me acuerdo de quien soy, pueda preguntarle a mi propio cerebro digital, a quien quería, qué hice en mi vida, que aporté, como disfrutaba, como pensaba y por qué, y ojalá me permita, aunque sea por breves espacios de tiempo, volver a saber quién era yo.
  • Y el tercero, que surgió de forma inesperada, es conocerme mucho mejor a mí mismo y a mi entorno, a partir del análisis pormenorizado que hago y registro de cada uno de mis días.

Te iré contando más cosas, pero si algo tengo claro, es que te recomiendo que trabajes en tu cerebro digital.

Y tú, ¿tienes ya tu propio cerebro digital?

Faltan 234 días.

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Me he dado cuenta de que te he hablado poco o nada de mi cerebro digital, y si quiero que me conozcas, necesariamente tengo que hablarte más de él, porque está completamente imbuido en mi día a día.

Se basa en el desarrollo y evolución permanente de una estructura digital basada en tres grandes ejes:

  • Memoria digital. La recopilación digital, y sistemática, de todo lo que acontece en mi vida.
  • Modelos mentales. Cuáles son, y por qué son así. Ellos son la base de mis pensamientos y decisiones.
  • Estrategia vital. Los mecanismos de control, evaluación y seguimiento de toda la estrategia de mejora continua que tengo implementada para mi vida, personal y profesional, en todas sus facetas.

Es algo que me lleva tiempo de forma diaria, y no poco, pero que sin duda me merece la pena, por tres motivos fundamentales:

  • El primero, dejarle un legado a mi hijo, que le permita conocer a su padre, y al que, además, algún día, pueda preguntar qué hacer, y por qué, ante dudas o circunstancias que le ocurran. Un legado que, en definitiva, le sirva de ayuda real cuando él sea mayor, y yo ya no esté, física o mentalmente.
  • El segundo, por mí mismo. Porque, si algún día no me acuerdo de quien soy, pueda preguntarle a mi propio cerebro digital, a quien quería, qué hice en mi vida, que aporté, como disfrutaba, como pensaba y por qué, y ojalá me permita, aunque sea por breves espacios de tiempo, volver a saber quién era yo.
  • Y el tercero, que surgió de forma inesperada, es conocerme mucho mejor a mí mismo y a mi entorno, a partir del análisis pormenorizado que hago y registro de cada uno de mis días.

Te iré contando más cosas, pero si algo tengo claro, es que te recomiendo que trabajes en tu cerebro digital.

Y tú, ¿tienes ya tu propio cerebro digital?

Faltan 234 días.

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