Uno de los momentos que más orgullo he sentido al representar a la SEFH, fue en la inauguración del parque de Juegaterapia del Hospital La Fe.

En el 60 Congreso SEFH, se hizo una donación a Juegaterapia. Los triciclos para la quimio y los pelochos, que es como llamaba a los preciosos muñecos de Juegaterapia que me traía y enseñaba mi compañera Eva Romá, me hicieron decantarme por ellos a la hora de seleccionar a quién se haría la donación en el Congreso.

Desconocíamos dónde se iba a invertir aquella donación, pero quizá, porque en aquel Congreso, tanto el Presidente de la SEFH como el del Comité Organizador del Congreso éramos de La Fe, o sabe dios por qué, Juegaterapia lo destinó al parque citado, que se inauguró casi tres años después.

Eva y yo fuimos a la inauguración, representando a la SEFH. En la puerta de entrada hay una placa de agradecimiento a los patrocinadores, donde puedes ver el logo de la SEFH. Desde entonces, siempre que veo el parque de lejos, sonrío.

Hoy en día sigo teniendo una especial sensibilidad con Juegaterapia, y me encantaría convertir a la SEFH en un partner, no solo en el rol de patrocinador, sino también en la aportación de ideas para ayudar en los proyectos que aporten felicidad a nuestros pequeños pacientes.

Y tú, ¿conoces a Juegaterapia?

Faltan 244 días.

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Uno de los momentos que más orgullo he sentido al representar a la SEFH, fue en la inauguración del parque de Juegaterapia del Hospital La Fe.

En el 60 Congreso SEFH, se hizo una donación a Juegaterapia. Los triciclos para la quimio y los pelochos, que es como llamaba a los preciosos muñecos de Juegaterapia que me traía y enseñaba mi compañera Eva Romá, me hicieron decantarme por ellos a la hora de seleccionar a quién se haría la donación en el Congreso.

Desconocíamos dónde se iba a invertir aquella donación, pero quizá, porque en aquel Congreso, tanto el Presidente de la SEFH como el del Comité Organizador del Congreso éramos de La Fe, o sabe dios por qué, Juegaterapia lo destinó al parque citado, que se inauguró casi tres años después.

Eva y yo fuimos a la inauguración, representando a la SEFH. En la puerta de entrada hay una placa de agradecimiento a los patrocinadores, donde puedes ver el logo de la SEFH. Desde entonces, siempre que veo el parque de lejos, sonrío.

Hoy en día sigo teniendo una especial sensibilidad con Juegaterapia, y me encantaría convertir a la SEFH en un partner, no solo en el rol de patrocinador, sino también en la aportación de ideas para ayudar en los proyectos que aporten felicidad a nuestros pequeños pacientes.

Y tú, ¿conoces a Juegaterapia?

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