«Me olvidé de la familia por culpa del trabajo». «Me olvidé de mí por culpa de la familia».

Las de arriba, o similares, son frases demasiado comunes, que en mi opinión derivan de no tener definidos o planificados los diferentes roles que se juegan en la vida.

Cuando doy charlas de productividad, una clave en la que incido es la necesidad de tener un pensamiento integral, holístico. No somos compartimentos estancos, y lo que pasa en el entorno profesional afecta al personal, y viceversa.

A partir de esta idea, abordo la importancia de tener definidos los roles que se juegan en la vida, para poder establecer objetivos para cada uno de ellos, y repasarlos y tenerlos en cuenta al planificar las semanas, meses, etc.

A modo de ejemplo, hoy, mis roles son: jefe de sección de un servicio de farmacia, director de La FHactoria, padre, esposo, hijo, hermano, amigo, persona o ser humano, candidato a la presidencia de la SEFH, entre otros.

Cada uno de los roles debe tener sus objetivos definidos, así como las líneas de actuación y los proyectos necesarios para conseguirlos. Además, considero necesario revisar la evolución de todos ellos, todas las semanas, al hacer la planificación semanal.

Cada semana, se priorizan unos frente a otros en función de las circunstancias, entendiendo que priorizar consiste en destinar más o menos recursos hacía un rol u otro, pero trabajándolos todos en conjunto.

Decidir dónde invertir nuestro tiempo y atención, a cada momento, es el punto clave de donde emana todo lo que acaba sucediendo a nuestro alrededor. Decide sabiamente.

Y tú, ¿has puesto por escrito los roles que juegas en tu vida?

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