Por más que lo busco, no me lo encuentro.
Me refiero al agujero en mi espalda por el que supone que Jose Luis introduce su brazo para convertirme en un monchito, un macario o un rockefeller cualquiera.
Este fue un argumento muy manido hace tres años, y que vuelve a la palestra. Que si tener el Jefe que tengo es un problema en las elecciones, porque soy su muñeco, o que si tendría que irme de Jefe de Servicio a otro hospital para evitarlo. Alguien se dedicará a difundir este mensaje
Conozco a Jose Luis desde hace 22 años, y son varias las veces que, públicamente, cuando me han dejado presentarle para un premio que le hayan concedido, he manifestado que lo considero mi amigo. Y no, no me voy a ir a ningún otro hospital, porque mi casa es La Fe, ni considero que tener al lado a Jose Luis sea un problema o una debilidad.
De quien compra el argumento «monchito» no puedo esperar que cambie su opinión sobre mí, haga lo que haga, simplemente porque no quiere ver más allá de un puñado de estereotipos.
Tener a Jose Luis al lado es una fortaleza, una gran fortaleza. Por su conocimiento, por su inteligencia, por sus contactos, y por su experiencia, a niveles que nadie más tiene. Tendría que ser muy obtuso para no querer aprovechar eso. ¿Es perfecto?, no, ni de casualidad, pero como no lo soy yo, ni tú. Seré Presidente de la SEFH con Jose Luis al lado, o no lo seré.
Y aunque le he querido dar el toque gracioso al tema, la verdad es que no tiene ni puñetera gracia. No, no soy un muñeco de Jose Luis, y quien así lo asume o manifiesta, ni me conoce, ni me respeta. Por eso se me hace tan difícil entender que haya quien compre este argumento, porque si apoyas a quien no respeta a otros compañeros, no esperes luego que te respete a ti.
Y tú, ¿eres un muñeco de alguien?
Faltan 261 días.
Comparte esta entrada del Diario
Por más que lo busco, no me lo encuentro.
Me refiero al agujero en mi espalda por el que supone que Jose Luis introduce su brazo para convertirme en un monchito, un macario o un rockefeller cualquiera.
Este fue un argumento muy manido hace tres años, y que vuelve a la palestra. Que si tener el Jefe que tengo es un problema en las elecciones, porque soy su muñeco, o que si tendría que irme de Jefe de Servicio a otro hospital para evitarlo. Alguien se dedicará a difundir este mensaje
Conozco a Jose Luis desde hace 22 años, y son varias las veces que, públicamente, cuando me han dejado presentarle para un premio que le hayan concedido, he manifestado que lo considero mi amigo. Y no, no me voy a ir a ningún otro hospital, porque mi casa es La Fe, ni considero que tener al lado a Jose Luis sea un problema o una debilidad.
De quien compra el argumento «monchito» no puedo esperar que cambie su opinión sobre mí, haga lo que haga, simplemente porque no quiere ver más allá de un puñado de estereotipos.
Tener a Jose Luis al lado es una fortaleza, una gran fortaleza. Por su conocimiento, por su inteligencia, por sus contactos, y por su experiencia, a niveles que nadie más tiene. Tendría que ser muy obtuso para no querer aprovechar eso. ¿Es perfecto?, no, ni de casualidad, pero como no lo soy yo, ni tú. Seré Presidente de la SEFH con Jose Luis al lado, o no lo seré.
Y aunque le he querido dar el toque gracioso al tema, la verdad es que no tiene ni puñetera gracia. No, no soy un muñeco de Jose Luis, y quien así lo asume o manifiesta, ni me conoce, ni me respeta. Por eso se me hace tan difícil entender que haya quien compre este argumento, porque si apoyas a quien no respeta a otros compañeros, no esperes luego que te respete a ti.
Y tú, ¿eres un muñeco de alguien?
Faltan 261 días.