Parkinson tenía razón, suspiré.

En productividad personal existe una ley, o más bien un principio, poco conocido, denominado la Ley de Parkinson, que dice que: El trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine. En otras palabras, que si no se ponen límites, cualquier acción tenderá a consumir todos los recursos disponibles.

No cometas el error de delegar tareas sin poner una fecha de entrega definida. Realista, pero definida. Así evitarás tener que suspirar como yo suspiré. Incluso para ti mismo, pon fechas límite a las tareas y proyectos que te autoasignes, porque de lo contrario le darás la razón al Sr. Parkinson, y procrastinarás sin pudor.

Este Diario, sin ir más lejos, tiene fechas límite asignadas para la escritura de cada una de las entradas. Si no lo hiciera así, probablemente más de un día, o de dos, habría amanecido sin nada para publicar. En La FHactoria se asigna responsable y fecha límite a cada una de las casi 50 tareas a realizar por webinar.

En realidad, este principio es una consecuencia de la necesidad de establecer métricas que nos permitan saber si estamos haciendo las cosas bien o no. Sin esa referencia temporal, siempre pensaremos que estamos cumpliendo bien, sin que realmente sea así.

¿Por qué me cuentas esto?, te preguntarás. Pues para explicarte por qué tengo la manía casi obsesiva de ponerle fechas límite a casi todas las cosas que delego o tengo que hacer (las haga públicas o no estas fechas). Porque necesito esa referencia temporal, aparte de otras sobre la calidad del resultado.

Y también, para que entiendas por qué creo que no puede existir un Plan Estratégico sin su Plan Operativo. Seguro que el primero te suena mucho más que el segundo, ¿verdad? Es habitual que te enseñen un Plan Estratégico, bien amplio, para que quepa de todo, pero Planes Operativos, que son los que aterrizan la estrategia y alcanzan los resultados, casi nadie los hace, y así van las cosas.

En unas elecciones es normal que solo haya Planes Estratégicos, pero después, o existen sus correspondientes Planes Operativos, o todo son palabras y más palabras.

Y tú, ¿cuántos Planes Operativos conoces?

Faltan 264 días.

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Parkinson tenía razón, suspiré.

En productividad personal existe una ley, o más bien un principio, poco conocido, denominado la Ley de Parkinson, que dice que: El trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine. En otras palabras, que si no se ponen límites, cualquier acción tenderá a consumir todos los recursos disponibles.

No cometas el error de delegar tareas sin poner una fecha de entrega definida. Realista, pero definida. Así evitarás tener que suspirar como yo suspiré. Incluso para ti mismo, pon fechas límite a las tareas y proyectos que te autoasignes, porque de lo contrario le darás la razón al Sr. Parkinson, y procrastinarás sin pudor.

Este Diario, sin ir más lejos, tiene fechas límite asignadas para la escritura de cada una de las entradas. Si no lo hiciera así, probablemente más de un día, o de dos, habría amanecido sin nada para publicar. En La FHactoria se asigna responsable y fecha límite a cada una de las casi 50 tareas a realizar por webinar.

En realidad, este principio es una consecuencia de la necesidad de establecer métricas que nos permitan saber si estamos haciendo las cosas bien o no. Sin esa referencia temporal, siempre pensaremos que estamos cumpliendo bien, sin que realmente sea así.

¿Por qué me cuentas esto?, te preguntarás. Pues para explicarte por qué tengo la manía casi obsesiva de ponerle fechas límite a casi todas las cosas que delego o tengo que hacer (las haga públicas o no estas fechas). Porque necesito esa referencia temporal, aparte de otras sobre la calidad del resultado.

Y también, para que entiendas por qué creo que no puede existir un Plan Estratégico sin su Plan Operativo. Seguro que el primero te suena mucho más que el segundo, ¿verdad? Es habitual que te enseñen un Plan Estratégico, bien amplio, para que quepa de todo, pero Planes Operativos, que son los que aterrizan la estrategia y alcanzan los resultados, casi nadie los hace, y así van las cosas.

En unas elecciones es normal que solo haya Planes Estratégicos, pero después, o existen sus correspondientes Planes Operativos, o todo son palabras y más palabras.

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