Esta frase me encanta.

Aún no termino de tener claro lo que ella me quiso decir, pero yo, me elevo. Imagino que será verlo todo desde una perspectiva más alta, estar por encima del mundanal ruido, o no dejar que las cosas me afecten.

Que me empiezan a decir que el diario no sirve para nada, yo me elevo. Ingenuos.

Que me preguntan si he visto la serie Wednesday en Netflix, que está muy chula, yo me elevo, porque obviamente no me lee quien me lo pregunta (ver Día 29). No todos me van a leer.

Que el chalequito me pone años, yo me elevo (ver Día 9). Con lo guapo que estoy con él.

Que si tengo poco pelo y soy poco fotogénico, me elevo más aún. Tengo mi puntito.

Que si alguien me escribe el diario, me elevo mucho, pero mucho. Cree el ladrón que todos son de su condición.

Que si quiero dar una ponencia de no sé cuál medicamento, digo que no. Que para algo estoy elevado y este año solo voy a hablar de la farmacia hospitalaria que quiero (ver Día 15).

De tanto elevarme creo que estoy pillando agujetas, pero tengo que reconocerte que esto de elevarse tiene su gracia.

Y tú, ¿te elevas o no?

Faltan 267 días.