La imagen de la primera entrada de este diario (ver Día 0) no tiene nada de casual.

Kintsugi es una palabra japonesa que significa literalmente “cicatriz dorada”. Cuando un objeto muy valioso (habitualmente cerámica, aunque filosóficamente es aplicable a cualquier cosa) se fractura o rompe, se usa una resina a la que se le añade polvo de oro, y se repara, dejando unas cicatrices doradas, las cuales simbolizan una experiencia que otorga sabiduría y valor a un objeto, haciéndolo único y más bello aún.

En definitiva, convierte una cicatriz dorada, fruto de una fractura (o una derrota), en un elemento de orgullo y valor, de experiencia y de fortaleza. Para mí, el Kintsugi es una magnífica expresión de la resiliencia, uno de los valores de Horizonte Farma.

Horizonte Farma nunca fue solo una candidatura. Es un “nosotros”, en los mejores y en los peores momentos, que nos mantiene unidos, aunque nos separen miles de kilómetros. Son 47 valores y la convicción permanente de actuar de forma coherente con ellos. Es una visión valiente y ambiciosa, pero factible, de la Farmacia Hospitalaria, y en mi opinión, la única posible para nuestra supervivencia profesional a medio y largo plazo. Son las lágrimas que se escaparon de todos los que nos querían y que nos abrazaron y reconfortaron. Es la confianza de 519 socios de la SEFH. Es una forma diferente de entender la Farmacia Hospitalaria y la SEFH.

Luzco con orgullo las cicatrices doradas de Horizonte Farma, porque como te conté el Día 10, lo que fue, es. Y aunque ahora será más, seguirá siendo una forma diferente de entender la farmacia hospitalaria.

Y tú, ¿tienes cicatrices doradas?

Faltan 271 días.

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La imagen de la primera entrada de este diario (ver Día 0) no tiene nada de casual.

Kintsugi es una palabra japonesa que significa literalmente “cicatriz dorada”. Cuando un objeto muy valioso (habitualmente cerámica, aunque filosóficamente es aplicable a cualquier cosa) se fractura o rompe, se usa una resina a la que se le añade polvo de oro, y se repara, dejando unas cicatrices doradas, las cuales simbolizan una experiencia que otorga sabiduría y valor a un objeto, haciéndolo único y más bello aún.

En definitiva, convierte una cicatriz dorada, fruto de una fractura (o una derrota), en un elemento de orgullo y valor, de experiencia y de fortaleza. Para mí, el Kintsugi es una magnífica expresión de la resiliencia, uno de los valores de Horizonte Farma.

Horizonte Farma nunca fue solo una candidatura. Es un “nosotros”, en los mejores y en los peores momentos, que nos mantiene unidos, aunque nos separen miles de kilómetros. Son 47 valores y la convicción permanente de actuar de forma coherente con ellos. Es una visión valiente y ambiciosa, pero factible, de la Farmacia Hospitalaria, y en mi opinión, la única posible para nuestra supervivencia profesional a medio y largo plazo. Son las lágrimas que se escaparon de todos los que nos querían y que nos abrazaron y reconfortaron. Es la confianza de 519 socios de la SEFH. Es una forma diferente de entender la Farmacia Hospitalaria y la SEFH.

Luzco con orgullo las cicatrices doradas de Horizonte Farma, porque como te conté el Día 10, lo que fue, es. Y aunque ahora será más, seguirá siendo una forma diferente de entender la farmacia hospitalaria.

Y tú, ¿tienes cicatrices doradas?

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