¡¡Este es tu sitio!!

No recuerdo exactamente qué película fuimos a ver, pero ese día no dejaba de llamarme la atención el espacio previo a la pantalla. El espacio donde iría un ponente que se dirigiera a una audiencia, o al menos donde yo me situaría. Como unas gafas de realidad aumentada, mi mente situaba mesas, ponentes y otros artificios, mientras la sala se acomodaba para el espectáculo anunciado.

Creo muchas cosas en esta vida, y entre ellas, que algo o alguien, me protege. Llámalo Dios, llámalo mi yo superior, llámalo ángel de la guardia, llámalo mi subconsciente, llámalo como quieras. Y creo que, además, es quien contesta cuando pregunto en estados de profunda meditación. Y esa tarde, lo hizo.

Con los créditos del final de la película fluyendo, bajamos las escaleras hacia la salida. Mi mujer y mi hijo se adelantaron un poco, y al acercarme a la zona que había acaparado mi atención hacía dos horas, inevitablemente giré la cabeza y miré hacia el auditórium.

Y fue entonces, justo entonces, cuando la escuché. Con tono firme y seguro, y una localización indefinida, algo o alguien me dijo: ¡¡Este es tu sitio!!

Entendí perfectamente lo que quiso decir. Puede que no supiera, o no me atreviera a saber, dónde tenía que aplicarlo, pero tenía que volver a asumir mi responsabilidad.

Quizá pienses que decidí volver a presentarme a la Presidencia de la SEFH en un arrebato de una tarde (ver Día 0), pero lo cierto es que creo que lo decidí hace tres años, el mismo día que conocí el resultado de las elecciones, y el resto solo ha sido una lucha fratricida por negar lo evidente.

Y tú, ¿has encontrado tu lugar y tu propósito?

Faltan 275 días.

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¡¡Este es tu sitio!!

No recuerdo exactamente qué película fuimos a ver, pero ese día no dejaba de llamarme la atención el espacio previo a la pantalla. El espacio donde iría un ponente que se dirigiera a una audiencia, o al menos donde yo me situaría. Como unas gafas de realidad aumentada, mi mente situaba mesas, ponentes y otros artificios, mientras la sala se acomodaba para el espectáculo anunciado.

Creo muchas cosas en esta vida, y entre ellas, que algo o alguien, me protege. Llámalo Dios, llámalo mi yo superior, llámalo ángel de la guardia, llámalo mi subconsciente, llámalo como quieras. Y creo que, además, es quien contesta cuando pregunto en estados de profunda meditación. Y esa tarde, lo hizo.

Con los créditos del final de la película fluyendo, bajamos las escaleras hacia la salida. Mi mujer y mi hijo se adelantaron un poco, y al acercarme a la zona que había acaparado mi atención hacía dos horas, inevitablemente giré la cabeza y miré hacia el auditórium.

Y fue entonces, justo entonces, cuando la escuché. Con tono firme y seguro, y una localización indefinida, algo o alguien me dijo: ¡¡Este es tu sitio!!

Entendí perfectamente lo que quiso decir. Puede que no supiera, o no me atreviera a saber, dónde tenía que aplicarlo, pero tenía que volver a asumir mi responsabilidad.

Quizá pienses que decidí volver a presentarme a la Presidencia de la SEFH en un arrebato de una tarde (ver Día 0), pero lo cierto es que creo que lo decidí hace tres años, el mismo día que conocí el resultado de las elecciones, y el resto solo ha sido una lucha fratricida por negar lo evidente.

Y tú, ¿has encontrado tu lugar y tu propósito?

Faltan 275 días.

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