Seguro que en estos meses habrás notado que los sábados eran los días dedicados a la productividad personal, un tema que me apasiona. Pero me he dado cuenta de que en todos estos meses no te he contado lo que, en mi opinión, es la productividad personal.

Parece algo fácil, pero si haces una pequeña búsqueda encontrarás múltiples y diversas definiciones.

Para mí, productividad personal es “Hacer bien, lo que hay que hacer”.

Quizá estés pensando que menuda perogrullada, pero fíjate bien, porque esa definición contiene todas las claves y la esencia de la productividad personal.

  • Hay que hacer, porque sin trabajo no hay productividad alguna.
  • Hay que hacerlo bien, porque de no hacerlo así, el tiempo y los recursos invertidos no sirven para nada, al tener que repetir la faena.
  • Y fundamental, hay que hacer lo que hay que hacer, y no otra cosa. Esta es la piedra angular, el meollo fundamental, el gran secreto que diferencia a quien es productivo de verdad, de quien no lo es. Y no tiene nada que ver con hacer mucho.

Este último punto es el que requiere del despliegue estratégico que hemos hablado en otras ocasiones, y que considero tan importante. Sin él, difícilmente se puede ser productivo, por mucho que se haga.

Y a ti, hoy, solo puedo desearte un buen sábado. Sé feliz.

Faltan 5 días.

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Seguro que en estos meses habrás notado que los sábados eran los días dedicados a la productividad personal, un tema que me apasiona. Pero me he dado cuenta de que en todos estos meses no te he contado lo que, en mi opinión, es la productividad personal.

Parece algo fácil, pero si haces una pequeña búsqueda encontrarás múltiples y diversas definiciones.

Para mí, productividad personal es “Hacer bien, lo que hay que hacer”.

Quizá estés pensando que menuda perogrullada, pero fíjate bien, porque esa definición contiene todas las claves y la esencia de la productividad personal.

  • Hay que hacer, porque sin trabajo no hay productividad alguna.
  • Hay que hacerlo bien, porque de no hacerlo así, el tiempo y los recursos invertidos no sirven para nada, al tener que repetir la faena.
  • Y fundamental, hay que hacer lo que hay que hacer, y no otra cosa. Esta es la piedra angular, el meollo fundamental, el gran secreto que diferencia a quien es productivo de verdad, de quien no lo es. Y no tiene nada que ver con hacer mucho.

Este último punto es el que requiere del despliegue estratégico que hemos hablado en otras ocasiones, y que considero tan importante. Sin él, difícilmente se puede ser productivo, por mucho que se haga.

Y a ti, hoy, solo puedo desearte un buen sábado. Sé feliz.

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