El otro día, en la vuelta de un viaje por carretera, volví a escuchar los acordes de una vieja conocida, «Bobbie Jean».
Se trata de una canción de Bruce Springsteen, incluida en su álbum «Born in the U.S.A.» de 1984. Hace 39 años que me gusta.
Ahora sé que la letra habla de la sorpresa y el dolor de descubrir que un buen amigo se ha ido sin despedirse. Realmente yo siempre la interpreté como una canción de amor, aunque en realidad, parece ser que muchos de los versos apuntan más hacia una amistad profunda, que hacia una relación romántica.
Sé que fue su tono agridulce el que me enamoró. Esa mezcla entre el dolor de la pérdida y el reconocimiento y la celebración de los buenos momentos vividos.
Sabes, pasan los años, e inexorablemente me recuerda cosas, personas y emociones.
Y te lo cuento, para volver a poner en valor la emoción como clave de la comunicación y de la gestión.
Si una persona, un líder, un mensaje o una organización no emocionan, poco podemos esperar. La emoción es la amalgama mágica de la perdurabilidad en el tiempo.
No es lo único, lo sé, pero inexorablemente veo cómo se tiende a olvidar esta máxima, y me entristece.
No sé cuántas cosas eres capaz de recordar de hace 39 años, yo pocas, aunque una de ellas es la estrofa final de «Bobbie Jean», y me sigue emocionando igual que el primer día.
Y a ti, ¿te gusta «Bobbie Jean»?
Faltan 25 días.
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El otro día, en la vuelta de un viaje por carretera, volví a escuchar los acordes de una vieja conocida, «Bobbie Jean».
Se trata de una canción de Bruce Springsteen, incluida en su álbum «Born in the U.S.A.» de 1984. Hace 39 años que me gusta.
Ahora sé que la letra habla de la sorpresa y el dolor de descubrir que un buen amigo se ha ido sin despedirse. Realmente yo siempre la interpreté como una canción de amor, aunque en realidad, parece ser que muchos de los versos apuntan más hacia una amistad profunda, que hacia una relación romántica.
Sé que fue su tono agridulce el que me enamoró. Esa mezcla entre el dolor de la pérdida y el reconocimiento y la celebración de los buenos momentos vividos.
Sabes, pasan los años, e inexorablemente me recuerda cosas, personas y emociones.
Y te lo cuento, para volver a poner en valor la emoción como clave de la comunicación y de la gestión.
Si una persona, un líder, un mensaje o una organización no emocionan, poco podemos esperar. La emoción es la amalgama mágica de la perdurabilidad en el tiempo.
No es lo único, lo sé, pero inexorablemente veo cómo se tiende a olvidar esta máxima, y me entristece.
No sé cuántas cosas eres capaz de recordar de hace 39 años, yo pocas, aunque una de ellas es la estrofa final de «Bobbie Jean», y me sigue emocionando igual que el primer día.
Y a ti, ¿te gusta «Bobbie Jean»?
Faltan 25 días.