Yo sí, mucho.

Recuerdo que hace tres años, tras conocer el resultado de las elecciones, amistades y familiares me repetían de forma insistente, «No pasa nada, lo más importante lo sigues teniendo todo». Y era verdad, lo tenía claro. Ese nunca fue el problema.

Lo doloroso, lo punzante, lo que de verdad me laceraba por dentro, fue la decepción que sentí con la SEFH, con mi querida SEFH. Porque doce años de trabajo basado en hechos y no en palabras, junto con un programa y una campaña ejemplar, no servían de nada ante un conjunto de estereotipos.

Decepción. Simple, profunda e interminable decepción.

Ya te conté el Día 6 mi sueño, mi por qué. Y también te conté el Día 15 que quiero una farmacia hospitalaria CONOCIDA, RECONOCIDA y SOLICITADA.

Si hoy estoy escribiendo este diario, es porque creo que la SEFH, como máximo representante de la farmacia hospitalaria, es quien debe y puede convertir en realidad ese sueño. Y para poder hacerlo, se ha de transformar.

Y ese es mi COMPROMISO.

Porque mi COMPROMISO es con la SEFH, y con ese sueño.

Y para eso necesito ayuda. Ayuda de verdad. No puedo hacerlo solo, ni con buenas palabras de todo el mundo. ¿Quieres a la SEFH?, ¿Estás comprometido con la SEFH? Si es que sí, es imposible que no congeniemos. Ayúdame, necesito tu ayuda.

Y tú, ¿vas a ayudarme?

Faltan 283 días.