Fantaseaba hace unos días sobre un hipotético cambio de despacho, y empecé a pensar en cuanto me costaría hacerlo, si fuera el caso.

Me di cuenta que poco, la verdad, porque lo tengo prácticamente todo en modo digital, a excepción de las fotos de mi mujer y mi hijo, que tengo varias, representativas de diferentes momentos y vivencias, y de mis premios.

No tengo demasiados premios, en realidad, pocos. Y más que premios, son recuerdos conmemorativos de mis andanzas por Centroamérica. Pero no me preocupó nada.

Y no me preocupó porque tengo algo más valioso. Mi colección de equipos.

La colección de fotos de aquellos equipos que se han generado al albor de algo valioso. Esas fotos llenas de ilusión, pasión, y vida, que reflejan una forma determinada de entender y de hacer las cosas.

Horizonte Farma, La FHactoria y Somos+ son algunas de estas fotos, pero me he dado cuenta de que ha habido más, de los cuales no tengo fotos, porque no nos hicimos. De diferentes épocas de mi sección en La Fe, por ejemplo. Y me da lástima, mucha, aunque alguna creo que podré rescatar de los recuerdos del iPhone.

A partir de hoy no me olvidaré de hacer, e imprimir, fotos de todos aquellos equipos que sigan surgiendo a mi alrededor, porque esa es mi colección más preciada.

Y tú, ¿coleccionas equipos?

Faltan 52 días.