Algo que, a título personal, considero necesario e inherente a una sociedad científica, es su carácter apolítico.

Para que no haya dudas, esto significa que considero que una sociedad científica, sea la que sea, no debe ser, ni parecer, un órgano de expresión, un órgano de ejecución, o una extensión, en cualquier modo, de una ideología política determinada, gobierno, o similar.

Cuando esto no se cumple, se le está haciendo un flaco favor a dicha sociedad científica por diversos motivos, internos y externos.

Los internos tienen que ver con las socias y socios de dicha sociedad científica, que no tienen que por qué compartir dicha ideología, y que, por tanto, se alejan de la misma al no verse representados, ni percibir que esa sea la función de la sociedad científica. En consecuencia, politizar una sociedad científica solo conduce a su fractura y erosión.

Y los externos tienen que ver con la confianza pública y el cuestionamiento de la imparcialidad e integridad de dicha sociedad científica. Por otro lado, la percepción externa de dicho alineamiento político pueden generar futuros problemas si se producen cambios de gobierno.

Por eso considero fundamental que siempre mantengamos el carácter apolítico de cualquier sociedad científica.

Es importante relacionarse con todos, hablar con todos y buscar el bien de los pacientes de forma compartida y conjunta, pero teniendo claro lo que es, y lo que no, una sociedad científica.

Así lo creo, y así lo defenderé si llego a ser Vicepresidente de la SEFH.

Y tú, ¿consideras que una sociedad científica debe ser apolítica?

Faltan 70 días.

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Algo que, a título personal, considero necesario e inherente a una sociedad científica, es su carácter apolítico.

Para que no haya dudas, esto significa que considero que una sociedad científica, sea la que sea, no debe ser, ni parecer, un órgano de expresión, un órgano de ejecución, o una extensión, en cualquier modo, de una ideología política determinada, gobierno, o similar.

Cuando esto no se cumple, se le está haciendo un flaco favor a dicha sociedad científica por diversos motivos, internos y externos.

Los internos tienen que ver con las socias y socios de dicha sociedad científica, que no tienen que por qué compartir dicha ideología, y que, por tanto, se alejan de la misma al no verse representados, ni percibir que esa sea la función de la sociedad científica. En consecuencia, politizar una sociedad científica solo conduce a su fractura y erosión.

Y los externos tienen que ver con la confianza pública y el cuestionamiento de la imparcialidad e integridad de dicha sociedad científica. Por otro lado, la percepción externa de dicho alineamiento político pueden generar futuros problemas si se producen cambios de gobierno.

Por eso considero fundamental que siempre mantengamos el carácter apolítico de cualquier sociedad científica.

Es importante relacionarse con todos, hablar con todos y buscar el bien de los pacientes de forma compartida y conjunta, pero teniendo claro lo que es, y lo que no, una sociedad científica.

Así lo creo, y así lo defenderé si llego a ser Vicepresidente de la SEFH.

Y tú, ¿consideras que una sociedad científica debe ser apolítica?

Faltan 70 días.

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