Ahora lo entiendo, pensé, asombrado.

Existe un concepto que define James Clear en un libro muy recomendable, «Hábitos atómicos», que es el de la «Meseta del potencial latente».

El libro versa sobre el poder que tiene implementar micro-hábitos en tu vida, y expone el concepto en el contexto de adopción de un nuevo hábito. Relata cómo nosotros tenemos unas expectativas determinadas, lo que suponemos que va a pasar, pero la realidad es otra, lo que ocurre realmente, y esa diferencia, ese gap, entre ambas líneas, la denomina «El Valle de la Decepción».

Es un concepto muy interesante, porque probablemente es la causa principal del fracaso en la adopción de nuevos hábitos, ya que no ves los resultados que esperas ver, cuando tú esperas verlos. Y reconócelo, te ha pasado, como a mí. Y reconócelo también, le estás dando vueltas a los propósitos de Año Nuevo, como yo.

Creo que la «meseta del potencial latente» es un concepto muy isomórfico, y aplicable a multitud de proyectos, como en mi caso ha sido La FHactoria.

Esperaba, o más bien deseaba, al inicio del proyecto, que los ponentes y los patrocinadores se amontonarían en nuestra puerta, queriendo participar y patrocinar. Pero nada más lejos de la realidad. Hubo que pelear ponente a ponente, patrocinio a patrocinio, semana a semana. Durante muchas, muchas, muchas semanas, a pesar de todas las buenas palabras, aquello no despegaba. Se le llama «Valle de la Decepción» por algo, te lo aseguro. Si has vivido uno, me entenderás. Pero poco a poco, y mucho más tarde de lo que esperaba, la curva de la realidad empezó a flexionarse.

Tener este concepto en mente te ayuda mucho a desarrollar tu resiliencia personal. A aguantar, a no rendirte, porque en cualquier momento, la línea se doblega a tu destino.

Y tú, ¿has experimentado este concepto en algún proyecto o circunstancia?

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