No sé si conoces la biografía de James Harold «Jimmy» Doolittle, pero es ciertamente apasionante si te gusta la historia de la aviación, tanto por su historia de superación personal, como por su aportación en el vuelo con instrumentos.
Sin embargo, me atrevería a decir que, gracias al cine, en la actualidad se le recuerda más por la conocida como «Incursión Doolittle«, en el transcurso de la II Guerra Mundial, donde lideró el primer ataque estadounidense sobre suelo japonés, consistente en un bombardeo sobre Tokio por aviones B-25 embarcados en el portaaviones USS Hornet, el 18 de abril de 1942, siendo todos conscientes de que el combustible disponible no les garantizaba el aterrizaje en territorio seguro, en una misión casi suicida.
Tantos años después, igual no se entiende bien la importancia de esta acción, ya que en realidad solo fue un golpe de efecto, pero en su momento, cambió el devenir de la contienda.
En la película «Pearl Harbor», dirigida por Michael Bay en 2001, lo describen mejor, en su escena final, brillantemente emocionante gracias a la melodía de Hans Zimmer, cuando Evelyn Johnson narra el epílogo final, en el que destaca:
«… Una cosa es cierta, antes del ataque de Dolittle, Estados Unidos solo conocía la derrota, después, llegó la esperanza. Japón se dio cuenta de que podía perder, y empezó a retirarse. Estados Unidos se dio cuenta de que podía ganar, y avanzó …»
Ya sabes cómo acabó la contienda.
Faltan 108 días.
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No sé si conoces la biografía de James Harold «Jimmy» Doolittle, pero es ciertamente apasionante si te gusta la historia de la aviación, tanto por su historia de superación personal, como por su aportación en el vuelo con instrumentos.
Sin embargo, me atrevería a decir que, gracias al cine, en la actualidad se le recuerda más por la conocida como «Incursión Doolittle«, en el transcurso de la II Guerra Mundial, donde lideró el primer ataque estadounidense sobre suelo japonés, consistente en un bombardeo sobre Tokio por aviones B-25 embarcados en el portaaviones USS Hornet, el 18 de abril de 1942, siendo todos conscientes de que el combustible disponible no les garantizaba el aterrizaje en territorio seguro, en una misión casi suicida.
Tantos años después, igual no se entiende bien la importancia de esta acción, ya que en realidad solo fue un golpe de efecto, pero en su momento, cambió el devenir de la contienda.
En la película «Pearl Harbor», dirigida por Michael Bay en 2001, lo describen mejor, en su escena final, brillantemente emocionante gracias a la melodía de Hans Zimmer, cuando Evelyn Johnson narra el epílogo final, en el que destaca:
«… Una cosa es cierta, antes del ataque de Dolittle, Estados Unidos solo conocía la derrota, después, llegó la esperanza. Japón se dio cuenta de que podía perder, y empezó a retirarse. Estados Unidos se dio cuenta de que podía ganar, y avanzó …»
Ya sabes cómo acabó la contienda.
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