No tengo ninguna duda de que el esfuerzo es otra de las claves inherentes al liderazgo. Siendo muy claro, una persona vaga, mala trabajadora, nunca ejercerá un liderazgo, al menos como creo que hay que entenderlo.

El liderazgo no se construye en un día, se moldea con tenacidad, dedicación y, sobre todo, con esfuerzo.

Es como una roca ante la incesante embestida del mar, que día tras día, golpe tras golpe, se va tallando en su forma única y poderosa. El esfuerzo, por tanto, es el artesano que esculpe la esencia del liderazgo.

Hay que enfrentar retos. Hay que superar obstáculos y caídas. Hay que pensar y analizar. Hay que innovar. Y hay que servir a los demás. Y hacer todo esto, sin esforzarse, simplemente no es posible.

No hay liderazgo posible que se sustente en la vagancia. Si eres vago o vaga, serás otra cosa, pero no un o una líder.

Recuerdas que te hablé del acrónimo CAR, y de que la vida era simple porque solo necesita de tres conceptos, Claridad, Autodisciplina y Resiliencia, pero que, a pesar de su simplicidad, no era nada fácil, porque hacía falta mucho valor, coraje y fuerza interior para afrontar correctamente estos elementos tan simples.

Pues creo sinceramente que la base del liderazgo es la misma, tener claridad en tu vocación de servicio, en los porqués y en las estrategias, tener autodisciplina en esforzarse en todo lo anterior, y en innovar permanentemente, y resistir cuando todo se ponga feo, porque antes o después, en algún momento, no dudes de que se pondrá feo.

Y tú, ¿crees que puede existir liderazgo sin esfuerzo?

Faltan 123 días.