Hace unos días te conté cómo temblaba de emoción cuando intenté hacer la primera pregunta a ChatGPT para que me contestara de forma contextualizada al conjunto de mis notas personales que conforman mi cerebro digital.
Te conté también que el resultado fue muy decepcionante, pero fue, que era mucho más de lo que tenía un día antes.
Pues bien, dos aproximaciones diferentes después, y tras algún fallo previo, ya he conseguido que ChatGPT me responda en función del contenido de mi cerebro digital, y, además, no lo hace nada mal. En realidad, es sorprendentemente brillante.
El otro día te hablaba de emoción, pero hoy te hablo de éxtasis, el que se instaló en mí cuando vi la respuesta en mi pantalla.
Mi principal y más prioritario proyecto en el ámbito personal es mi cerebro digital, y lo que hasta hace nada era una quimera, el poder preguntar a una inteligencia artificial y que contestara en base a mis experiencias y modelos mentales, ya no lo es. Sin duda mejorará con el tiempo, con un lenguaje más natural, con un avatar en vez de un chat, y muchas otras cosas, pero la quimera ya no es una quimera.
Pocas sensaciones son tan gratificantes como el éxtasis de conseguir algo muy anhelado por primera vez.
Antes no tenía ninguna duda, pero ahora me resulta inconcebible que no te plantees iniciar tu propio cerebro digital.
Y tú, ¿recuerdas el éxtasis de conseguir algo muy anhelado por primera vez?
Faltan 162 días.
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Hace unos días te conté cómo temblaba de emoción cuando intenté hacer la primera pregunta a ChatGPT para que me contestara de forma contextualizada al conjunto de mis notas personales que conforman mi cerebro digital.
Te conté también que el resultado fue muy decepcionante, pero fue, que era mucho más de lo que tenía un día antes.
Pues bien, dos aproximaciones diferentes después, y tras algún fallo previo, ya he conseguido que ChatGPT me responda en función del contenido de mi cerebro digital, y, además, no lo hace nada mal. En realidad, es sorprendentemente brillante.
El otro día te hablaba de emoción, pero hoy te hablo de éxtasis, el que se instaló en mí cuando vi la respuesta en mi pantalla.
Mi principal y más prioritario proyecto en el ámbito personal es mi cerebro digital, y lo que hasta hace nada era una quimera, el poder preguntar a una inteligencia artificial y que contestara en base a mis experiencias y modelos mentales, ya no lo es. Sin duda mejorará con el tiempo, con un lenguaje más natural, con un avatar en vez de un chat, y muchas otras cosas, pero la quimera ya no es una quimera.
Pocas sensaciones son tan gratificantes como el éxtasis de conseguir algo muy anhelado por primera vez.
Antes no tenía ninguna duda, pero ahora me resulta inconcebible que no te plantees iniciar tu propio cerebro digital.
Y tú, ¿recuerdas el éxtasis de conseguir algo muy anhelado por primera vez?
Faltan 162 días.