Pensaba el otro día sobre el concepto de liebre en carreras de atletismo.
Consiste en una estrategia, en la que un corredor se encarga de establecer un ritmo sostenido durante el transcurso de la carrera para los demás corredores. Ayuda así a los miembros del equipo a obtener sus mejores tiempos personales. La liebre mantiene el protagonismo durante un tiempo, para luego retirarse.
Como el isomorfismo de procesos suele aparecer por mi mente, enseguida le ves los beneficios de utilizar esta figura en otros contextos, como por ejemplo, en una campaña electoral.
Sin duda, su principal ventaja es que obligaría a enseñar las cartas al resto de candidaturas y personas. También permitiría mantener el foco de atención alejado de donde de verdad se cuece la fiesta.
Aunque parezca muy peliculero, te reconozco que me gusta el concepto. No deja de ser como un gran globo sonda, con persistencia en el tiempo.
Este concepto de liebre, aplicado a una campaña electoral, sería muy interesante, e ingenioso.
Y tú, ¿estás seguro o segura de que no hay una liebre en esta campaña? Igual, la verdadera carrera está en otro sitio.
Faltan 172 días.
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Pensaba el otro día sobre el concepto de liebre en carreras de atletismo.
Consiste en una estrategia, en la que un corredor se encarga de establecer un ritmo sostenido durante el transcurso de la carrera para los demás corredores. Ayuda así a los miembros del equipo a obtener sus mejores tiempos personales. La liebre mantiene el protagonismo durante un tiempo, para luego retirarse.
Como el isomorfismo de procesos suele aparecer por mi mente, enseguida le ves los beneficios de utilizar esta figura en otros contextos, como por ejemplo, en una campaña electoral.
Sin duda, su principal ventaja es que obligaría a enseñar las cartas al resto de candidaturas y personas. También permitiría mantener el foco de atención alejado de donde de verdad se cuece la fiesta.
Aunque parezca muy peliculero, te reconozco que me gusta el concepto. No deja de ser como un gran globo sonda, con persistencia en el tiempo.
Este concepto de liebre, aplicado a una campaña electoral, sería muy interesante, e ingenioso.
Y tú, ¿estás seguro o segura de que no hay una liebre en esta campaña? Igual, la verdadera carrera está en otro sitio.
Faltan 172 días.