Ya te comenté el sábado pasado que para mí, además de necesaria, la perspectiva en productividad personal era la parte más importante de desplegar. Y eso, ¿cómo se hace?, pues siguiendo un método, como todo. Te cuento el mío.
Lo 1º es definir tu propósito de vida, tu razón de ser, el porqué estás aquí. Es responder a la pregunta: ¿Qué quieres hacer con tu vida? Empieza con una breve frase con la que te sientas identificado y ve refinándola y ampliándola con el tiempo, lo que sea necesario. Y ojo que esto es algo que solo tú puedes hacer.
Lo 2º es definir tu visión. ¿Cómo quieres verte dentro de un número determinado de años?. Ten en cuenta que se compone de varios enunciados diferentes, uno por cada una de las ideas principales, o ámbitos, que emanen de tu propósito.
Lo 3º es definir, para cada visión, sus ejes estratégicos. Son las grandes líneas de actuación para cada una de las visiones. Aunque cada visión ya se centra en un área, sigue contemplando muchos elementos diferentes dentro de esa área, y hay que separarlos.
Lo 4º es desarrollar los objetivos operativos de cada eje estratégico. Es decir, aterrizamos la perspectiva. Acotamos y definimos todo lo anterior a objetivos definidos. Aquí es importante que no olvides nunca que estos objetivos te deben de emocionar.
Y finalmente, en 5º lugar, desplegar los proyectos, que son los que contienen las tareas, para conseguir, en la práctica, alcanzar tus objetivos.
Hoy lo dejo aquí, en un modelo teórico, pero me comprometo que otro día te desarrollo uno de los míos de forma completa.
Lo importante de verdad es que empieces a pensar, y a escribir, el despliegue de tu perspectiva. No es cosa de un rato, porque en verdad lleva bastante tiempo el despliegue completo, pero su impacto en tu propia vida es de los que merecen la pena.
Y en tu caso, ¿a qué esperas a desplegar tu perspectiva, o a revisarla, si ya la tienes desplegada?
Faltan 173 días.
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Ya te comenté el sábado pasado que para mí, además de necesaria, la perspectiva en productividad personal era la parte más importante de desplegar. Y eso, ¿cómo se hace?, pues siguiendo un método, como todo. Te cuento el mío.
Lo 1º es definir tu propósito de vida, tu razón de ser, el porqué estás aquí. Es responder a la pregunta: ¿Qué quieres hacer con tu vida? Empieza con una breve frase con la que te sientas identificado y ve refinándola y ampliándola con el tiempo, lo que sea necesario. Y ojo que esto es algo que solo tú puedes hacer.
Lo 2º es definir tu visión. ¿Cómo quieres verte dentro de un número determinado de años?. Ten en cuenta que se compone de varios enunciados diferentes, uno por cada una de las ideas principales, o ámbitos, que emanen de tu propósito.
Lo 3º es definir, para cada visión, sus ejes estratégicos. Son las grandes líneas de actuación para cada una de las visiones. Aunque cada visión ya se centra en un área, sigue contemplando muchos elementos diferentes dentro de esa área, y hay que separarlos.
Lo 4º es desarrollar los objetivos operativos de cada eje estratégico. Es decir, aterrizamos la perspectiva. Acotamos y definimos todo lo anterior a objetivos definidos. Aquí es importante que no olvides nunca que estos objetivos te deben de emocionar.
Y finalmente, en 5º lugar, desplegar los proyectos, que son los que contienen las tareas, para conseguir, en la práctica, alcanzar tus objetivos.
Hoy lo dejo aquí, en un modelo teórico, pero me comprometo que otro día te desarrollo uno de los míos de forma completa.
Lo importante de verdad es que empieces a pensar, y a escribir, el despliegue de tu perspectiva. No es cosa de un rato, porque en verdad lleva bastante tiempo el despliegue completo, pero su impacto en tu propia vida es de los que merecen la pena.
Y en tu caso, ¿a qué esperas a desplegar tu perspectiva, o a revisarla, si ya la tienes desplegada?
Faltan 173 días.