Escribir todos los días una entrada para este Diario no es fácil. No tanto por el hecho de ponerse a escribir la entrada en sí, sino por encontrar las ideas necesarias que den lugar a dichas entradas.

Hoy está siendo uno de esos días sin ideas. Creo que lo llaman el bloqueo del escritor o el síndrome del folio en blanco.

Si pudiera, me iría a pasear por el campo, a mí suele funcionarme. Suelo llevar el teléfono móvil o el reloj para dictar las ideas conforme surgen en mi cabeza. Pero hoy no tengo ninguna, ni apuntada ni cruzando por la cabeza. No sé, será que es Jueves Santo y el cuerpo lo sabe.

En realidad, me doy cuenta de que esto no ocurre solo en el mundo de la escritura. En la Farmacia Hospitalaria también. Hay épocas en que parece que se acaban las ideas. También es comprensible, tenemos mucha actividad, a veces pienso que demasiada, y todos nos agotamos.

Vienen días para recargar pilas, o yo al menos es lo que pienso hacer. Pasearé, y mucho, por el monte, apuntando ideas, reflexionando, y sobre todo, desconectando. Es necesario desconectar. Aunque este Diario seguirá al pie del cañón todos los días, ya me he ocupado de ello.

Me gusta pensar que nuestra candidatura es como la desconexión que necesita la Farmacia Hospitalaria, para reiniciarse de nuevo, más orientada, más enfocada y con más sentido.

Disfruta tu Semana Santa.

Faltan 182 días.

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Escribir todos los días una entrada para este Diario no es fácil. No tanto por el hecho de ponerse a escribir la entrada en sí, sino por encontrar las ideas necesarias que den lugar a dichas entradas.

Hoy está siendo uno de esos días sin ideas. Creo que lo llaman el bloqueo del escritor o el síndrome del folio en blanco.

Si pudiera, me iría a pasear por el campo, a mí suele funcionarme. Suelo llevar el teléfono móvil o el reloj para dictar las ideas conforme surgen en mi cabeza. Pero hoy no tengo ninguna, ni apuntada ni cruzando por la cabeza. No sé, será que es Jueves Santo y el cuerpo lo sabe.

En realidad, me doy cuenta de que esto no ocurre solo en el mundo de la escritura. En la Farmacia Hospitalaria también. Hay épocas en que parece que se acaban las ideas. También es comprensible, tenemos mucha actividad, a veces pienso que demasiada, y todos nos agotamos.

Vienen días para recargar pilas, o yo al menos es lo que pienso hacer. Pasearé, y mucho, por el monte, apuntando ideas, reflexionando, y sobre todo, desconectando. Es necesario desconectar. Aunque este Diario seguirá al pie del cañón todos los días, ya me he ocupado de ello.

Me gusta pensar que nuestra candidatura es como la desconexión que necesita la Farmacia Hospitalaria, para reiniciarse de nuevo, más orientada, más enfocada y con más sentido.

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