Te he contado muchas claves de la productividad personal, pero no te he contado lo que es para mí, cómo la defino, y en realidad es algo que suelo hacer al principio de mis ponencias.
Existen muchas definiciones, todas correctas, pero tras muchos años, y como cada vez me gustan las cosas más simples y menos recargadas, la definición propia que le doy es: «HACER BIEN, LO QUE HAY QUE HACER.»
Quizá pienses que es una perogrullada, pero piénsalo, porque cada palabra cuenta.
Lo primero es HACER, porque no te engañes, sin trabajo no hay productividad. Otra cosa es el rendimiento o la optimización del trabajo, pero haberlo, tiene que haberlo.
Lo siguiente es HACER BIEN. Si haces algo mal, por el motivo que sea, toca repetirlo, repararlo o no da los resultados esperados o que podría haber dado. En cualquier caso, es una pérdida de oportunidad y recursos, y, por tanto, una merma en tu productividad.
Y la definición termina con el gran secreto, LO QUE HAY QUE HACER. La gran clave de la productividad personal es hacer aquello que más te acerca a la consecución de los objetivos marcados, y no otra cosa. Puedes estar 24 horas haciendo cosas sin parar, que, si no es lo correcto, solo te desfondas de energía para perder tu tiempo, porque no te has acercado a tus objetivos. El arte de la productividad personal es saber cuáles son esas cosas que hay que hacer, pero eso ya lo dejo para otro día.
En fin, que es una definición simple, pero muy certera según mi criterio.
Y tú, ¿crees que esta es una definición adecuada de la productividad personal?
Faltan 187 días.
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Te he contado muchas claves de la productividad personal, pero no te he contado lo que es para mí, cómo la defino, y en realidad es algo que suelo hacer al principio de mis ponencias.
Existen muchas definiciones, todas correctas, pero tras muchos años, y como cada vez me gustan las cosas más simples y menos recargadas, la definición propia que le doy es: «HACER BIEN, LO QUE HAY QUE HACER.»
Quizá pienses que es una perogrullada, pero piénsalo, porque cada palabra cuenta.
Lo primero es HACER, porque no te engañes, sin trabajo no hay productividad. Otra cosa es el rendimiento o la optimización del trabajo, pero haberlo, tiene que haberlo.
Lo siguiente es HACER BIEN. Si haces algo mal, por el motivo que sea, toca repetirlo, repararlo o no da los resultados esperados o que podría haber dado. En cualquier caso, es una pérdida de oportunidad y recursos, y, por tanto, una merma en tu productividad.
Y la definición termina con el gran secreto, LO QUE HAY QUE HACER. La gran clave de la productividad personal es hacer aquello que más te acerca a la consecución de los objetivos marcados, y no otra cosa. Puedes estar 24 horas haciendo cosas sin parar, que, si no es lo correcto, solo te desfondas de energía para perder tu tiempo, porque no te has acercado a tus objetivos. El arte de la productividad personal es saber cuáles son esas cosas que hay que hacer, pero eso ya lo dejo para otro día.
En fin, que es una definición simple, pero muy certera según mi criterio.
Y tú, ¿crees que esta es una definición adecuada de la productividad personal?
Faltan 187 días.