En esta vida es difícil ser ecuánime, porque significa ser justo y objetivo en una situación, manteniendo una mente abierta y sin prejuicios al tomar decisiones o juzgar acciones. También significa ser capaz de mantener la calma en situaciones estresantes y tomar decisiones bien ponderadas, basadas en la razón y la lógica en lugar de la emoción o el prejuicio.

Hace cuatro años, a mí se me exigió serlo. No podía aprovecharme de estar en la Junta Directiva, me decían. La SEFH no puede favorecer a unos más que a otros. Incluso hubo quien me dijo eso tan conocido de «La mujer del César, además de ser honesta, debe parecerlo». No tuve ningún problema en ello, ya que me parecía lo justo y lo correcto.

En la actualidad, tras anunciarse formalmente una candidatura continuista con tres miembros de la actual Junta Directiva, la SEFH debe ser, en mi opinión, extremadamente cuidadosa con las formas y las actuaciones, para que no parezca lo que probablemente no es, pero que puede parecer que sí que es.

Hablo de que es mejor utilizar actores que candidatos en los videos corporativos, hablo del congreso anual, o de evitar presencias intensivas presenciales o en medios de comunicación, cuando hasta ahora no se producían, o bien era otra persona quien aparecía.

Creo que la SEFH debe ser imparcial y ecuánime, y yo al menos lo voy a ser, lo que no quita que si en algún momento crea que no lo está siendo, lo diga bien claro.

Y tú, ¿crees que la SEFH debe ser imparcial y ecuánime?

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