Mira la rana tan bonita de la foto, ¿te la comerías?, ¿no?, pues deberías, y además de forma diaria y a primera hora.
En el ámbito de la productividad personal, «Eat that Frog» es un concepto acuñado por Brian Tracy que incide en la importancia de priorizar y abordar nuestra tarea más importante lo primero de todo. Comienza con la «rana más grande» para obtener mejores resultados, y luego sigue con las demás.
Dicho de otra forma, si tienes dos (o más) tareas relevantes ante ti, empieza primero por aquella más grande, más difícil y más importante.
Comerse la rana a primera hora significa que, en tu propio contexto de actividad, cuando puedes decidir qué hacer (porque no en todo momento se puede), empieces con esta tarea. Porque será cuando tu frescura y creatividad fluyan con mayor fortaleza, y porque, una vez terminada, si ocurre que las urgencias e imprevistos te desbordan, lo más crucial en pos de conseguir tus objetivos y metas, ya lo habrás hecho.
Las ventajas de dominar el arte de comerse la rana son diversas. Mejora tu productividad al centrarte en una tarea a la vez sin distracciones, te reduce el estrés al ganar control sobre tu tiempo, nutre tu disciplina al aprender a pasar por alto cosas insignificantes, y te garantiza un mejor foco a largo plazo al entender mejor cómo encajan todas las piezas y prioridades de tu vida.
En mi opinión, comerse la rana de forma diaria a primera hora es uno de los hábitos que más te ayudará a alcanzar tus objetivos personales y profesionales.
Y tú, ¿te comes la rana a primera hora?
Faltan 194 días.
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Mira la rana tan bonita de la foto, ¿te la comerías?, ¿no?, pues deberías, y además de forma diaria y a primera hora.
En el ámbito de la productividad personal, «Eat that Frog» es un concepto acuñado por Brian Tracy que incide en la importancia de priorizar y abordar nuestra tarea más importante lo primero de todo. Comienza con la «rana más grande» para obtener mejores resultados, y luego sigue con las demás.
Dicho de otra forma, si tienes dos (o más) tareas relevantes ante ti, empieza primero por aquella más grande, más difícil y más importante.
Comerse la rana a primera hora significa que, en tu propio contexto de actividad, cuando puedes decidir qué hacer (porque no en todo momento se puede), empieces con esta tarea. Porque será cuando tu frescura y creatividad fluyan con mayor fortaleza, y porque, una vez terminada, si ocurre que las urgencias e imprevistos te desbordan, lo más crucial en pos de conseguir tus objetivos y metas, ya lo habrás hecho.
Las ventajas de dominar el arte de comerse la rana son diversas. Mejora tu productividad al centrarte en una tarea a la vez sin distracciones, te reduce el estrés al ganar control sobre tu tiempo, nutre tu disciplina al aprender a pasar por alto cosas insignificantes, y te garantiza un mejor foco a largo plazo al entender mejor cómo encajan todas las piezas y prioridades de tu vida.
En mi opinión, comerse la rana de forma diaria a primera hora es uno de los hábitos que más te ayudará a alcanzar tus objetivos personales y profesionales.
Y tú, ¿te comes la rana a primera hora?
Faltan 194 días.