El otro día escuché a una conocida líder de la farmacia hospitalaria de los últimos veinte años cuestionar el alma de la farmacia hospitalaria, o más que cuestionarla, ya que fue una frase que me resultó confusa, planteaba que la farmacia hospitalaria debía incorporar la voz del paciente en sus decisiones para dotarse de alma. No me quedó muy claro, igual me equivoqué, pero algo así entendí.
Tras escucharla, me quedé sorprendido. Algo no me cuadraba nada, aunque en ese momento no sabía qué era.
Luego fui procesando. ¿Cómo puedes defender un modelo de farmacia hospitalaria tantos años para luego pensar que hay que dotar de alma ese modelo de farmacia hospitalaria?. Y segundo, ¿la voz del paciente es lo que le da el ama a la farmacia hospitalaria?, en mi opinión, no.
La voz del paciente es importante, y hay que incorporarla, pero no perdamos el norte. Es la orientación al cliente de toda la vida, la que parece que no se había ejecutado en condiciones antes. Porque los pacientes son nuestros clientes directos en muchos procesos, pero en el 100 % de los casos, son los clientes de nuestra organización. Y no solo son nuestros clientes, son la razón de ser.
Sin embargo, el alma de la farmacia hospitalaria es otra cosa. Es velar por ellas y ellos en la distancia y en el anonimato en la mayoría de las ocasiones, participando de un equipo asistencial no siempre bien entendido. Es querer mejorar cada día para proveer una asistencia más humana, y más eficaz y eficiente. Es entender y ayudar a tus compañeras y compañeros, de fuera de los servicios de farmacia, pero también de los y las de dentro. Porque, en definitiva, el alma de la farmacia hospitalaria es la amalgama de valores, sentimientos y almas, del conjunto de farmacéuticas y farmacéuticos de hospital.
Al menos, para mí, esto es el alma de farmacia hospitalaria, y no depende de la voz de ningún paciente, sino de la nuestra.
Y tú, ¿en qué crees que consiste el alma de la farmacia hospitalaria?
Faltan 195 día
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El otro día escuché a una conocida líder de la farmacia hospitalaria de los últimos veinte años cuestionar el alma de la farmacia hospitalaria, o más que cuestionarla, ya que fue una frase que me resultó confusa, planteaba que la farmacia hospitalaria debía incorporar la voz del paciente en sus decisiones para dotarse de alma. No me quedó muy claro, igual me equivoqué, pero algo así entendí.
Tras escucharla, me quedé sorprendido. Algo no me cuadraba nada, aunque en ese momento no sabía qué era.
Luego fui procesando. ¿Cómo puedes defender un modelo de farmacia hospitalaria tantos años para luego pensar que hay que dotar de alma ese modelo de farmacia hospitalaria?. Y segundo, ¿la voz del paciente es lo que le da el ama a la farmacia hospitalaria?, en mi opinión, no.
La voz del paciente es importante, y hay que incorporarla, pero no perdamos el norte. Es la orientación al cliente de toda la vida, la que parece que no se había ejecutado en condiciones antes. Porque los pacientes son nuestros clientes directos en muchos procesos, pero en el 100 % de los casos, son los clientes de nuestra organización. Y no solo son nuestros clientes, son la razón de ser.
Sin embargo, el alma de la farmacia hospitalaria es otra cosa. Es velar por ellas y ellos en la distancia y en el anonimato en la mayoría de las ocasiones, participando de un equipo asistencial no siempre bien entendido. Es querer mejorar cada día para proveer una asistencia más humana, y más eficaz y eficiente. Es entender y ayudar a tus compañeras y compañeros, de fuera de los servicios de farmacia, pero también de los y las de dentro. Porque, en definitiva, el alma de la farmacia hospitalaria es la amalgama de valores, sentimientos y almas, del conjunto de farmacéuticas y farmacéuticos de hospital.
Al menos, para mí, esto es el alma de farmacia hospitalaria, y no depende de la voz de ningún paciente, sino de la nuestra.
Y tú, ¿en qué crees que consiste el alma de la farmacia hospitalaria?
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