Ahí estaba, tres años después.

Recortando la penumbra con su forma adusta y sus extraños caracteres grabados, se erguía orgulloso.

Mañana celebramos la comida de Navidad de la Unidad, de la que soy jefe de sección, y como todos los años, había comprado un libro para cada asistente, y como me gusta dedicarlos y personalizarlos, fui al despacho a por algo para escribir.

Entré en modo automático a coger un boli BIC de la mesa, y cuando estaba a punto de hacerlo, desde una esquina, medio escondido, él me llamó, “El bolígrafo del presidente». Quien tuvo, retuvo, y no había perdido un ápice de su encanto y prestancia.

Hace cuatro años, al empezar la campaña de Horizonte Farma, me compré «El bolígrafo del presidente». Una serie limitada de Montblanc, inspirada en la Piedra de Rosetta, que es una parte rota de una losa de piedra más grande, con un mensaje grabado, escrito en tres tipos de escritura, y que permitió a los expertos aprender a leer los jeroglíficos del antiguo Egipto.

Si llegaba al cargo, algo que no dejaría de usar sería un bolígrafo, y que mejor que dotarle de sentido, como recordatorio permanente, de que mi obligación como presidente sería escuchar y entender a todo el mundo.

Desde hoy, el bolígrafo del presidente ha vuelto al servicio activo.

Faltan 298 días.

Comparte esta entrada del Diario

Ahí estaba, tres años después.

Recortando la penumbra con su forma adusta y sus extraños caracteres grabados, se erguía orgulloso.

Mañana celebramos la comida de Navidad de la Unidad, de la que soy jefe de sección, y como todos los años, había comprado un libro para cada asistente, y como me gusta dedicarlos y personalizarlos, fui al despacho a por algo para escribir.

Entré en modo automático a coger un boli BIC de la mesa, y cuando estaba a punto de hacerlo, desde una esquina, medio escondido, él me llamó, “El bolígrafo del presidente». Quien tuvo, retuvo, y no había perdido un ápice de su encanto y prestancia.

Hace cuatro años, al empezar la campaña de Horizonte Farma, me compré «El bolígrafo del presidente». Una serie limitada de Montblanc, inspirada en la Piedra de Rosetta, que es una parte rota de una losa de piedra más grande, con un mensaje grabado, escrito en tres tipos de escritura, y que permitió a los expertos aprender a leer los jeroglíficos del antiguo Egipto.

Si llegaba al cargo, algo que no dejaría de usar sería un bolígrafo, y que mejor que dotarle de sentido, como recordatorio permanente, de que mi obligación como presidente sería escuchar y entender a todo el mundo.

Desde hoy, el bolígrafo del presidente ha vuelto al servicio activo.

Faltan 298 días.

Comparte esta entrada del Diario