Me parece un número de lo más anodino, te lo reconozco, pero son los años que cumplo hoy.

También me parece un número inquietante. Quizá porque me llaman la atención más que en otros casos, se me antojan más frecuentes las noticias de fallecimientos con cincuenta y muchos, que con edades superiores, aunque estadisticamente no sea así.

No te negaré que es un número que presiona para empezar a vislumbrar finales que presentan sus credenciales en un futuro no muy lejano.

Pero, también tiene otras perspectivas.

He llegado a este número, que ya es mucho.

He querido y me han querido, he amado y me han amado, he disfrutado, viajado, reído y llorado a borbotones, y mucho más de lo que de pequeño soñé que haría.

Y sobre todo, me encanta mi familia, mi casa, mis amigos y mi trabajo, aunque este último a veces no se merezca que me encante tanto.

Sin duda, el balance es muy positivo. Por eso me siento en paz, profundamente en paz.

Pero ojo, recuerda que nunca desgastaré mi alma por no darle alas. Y las mías, aunque quizá ya se sientan mayores, siguen teniendo ganas de volar alto, porque no entienden de números, sino de valores y emociones.

Que pases un buen día de mi cumpleaños.

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Me parece un número de lo más anodino, te lo reconozco, pero son los años que cumplo hoy.

También me parece un número inquietante. Quizá porque me llaman la atención más que en otros casos, se me antojan más frecuentes las noticias de fallecimientos con cincuenta y muchos, que con edades superiores, aunque estadisticamente no sea así.

No te negaré que es un número que presiona para empezar a vislumbrar finales que presentan sus credenciales en un futuro no muy lejano.

Pero, también tiene otras perspectivas.

He llegado a este número, que ya es mucho.

He querido y me han querido, he amado y me han amado, he disfrutado, viajado, reído y llorado a borbotones, y mucho más de lo que de pequeño soñé que haría.

Y sobre todo, me encanta mi familia, mi casa, mis amigos y mi trabajo, aunque este último a veces no se merezca que me encante tanto.

Sin duda, el balance es muy positivo. Por eso me siento en paz, profundamente en paz.

Pero ojo, recuerda que nunca desgastaré mi alma por no darle alas. Y las mías, aunque quizá ya se sientan mayores, siguen teniendo ganas de volar alto, porque no entienden de números, sino de valores y emociones.

Que pases un buen día de mi cumpleaños.

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