Esta última semana ha visto la luz pública una nueva estrella tecnológica, las Apple Vision Pro.

Es un producto que, a quienes nos encantan los «cacharritos», no te deja indiferente, o más bien te atrapa. Y es que tiene luces potentes, basadas en su potencialidad y en sus posibilidades de interacción, aprendizaje y productividad, como hacía tiempo que no se veían. En definitiva, es un nuevo mundo.

Pero también tiene sombras peligrosas, y no me refiero al coste, inasumible para la mayoría.

Hace ya días que decidí dejar de ver videos sobre sus funcionalidades y características técnicas. Los devoraba, porque a cada cual quedaba más sorprendido. Y lo hice porque empezaba a rondarme la cabeza la idea de coger un avión y pasar un fin de semana en Nueva York, con el objetivo de conseguirlas, ya que, en la mejor de las previsiones, no se las espera ver a la venta en Europa antes de un año, y más tiempo aún en el caso de España.

Ha coincidido en el tiempo con que he podido usar más en profundidad unas Meta Quest 3. Estas son las gafas de Meta, que hasta hace unas semanas no hubiera dudado en decir que eran flipantes, y de lo más avanzado que existía, y que ahora se han quedado muy rezagadas en esta nueva carrera tecnológica, máxime para alguien que vive en el ecosistema Apple como es mi caso.

Pero usar las Meta me ha permitido entender mucho mejor los videos de las Apple Visión Pro. Porque, en realidad, no dejan de ser dos modelos o versiones de un mismo concepto, con diferentes desarrollos tecnológicos.

Es sorprendente la capacidad de inmersión que tienen. Como desaparece la realidad física como tal, y te sumerges en una diferente, ya sea mixta, donde se junta la real con capas añadidas de elementos e información, o ya sea inmersiva completamente, donde estás, literalmente, en otro mundo.

No sé si has tenido la oportunidad de pasear por los hoteles de Las Vegas, pero pronto te das cuentas de que están diseñados para que no salgas de ellos. Recuerdo perfectamente perder la noción del tiempo transcurrido paseando por los canales con gondoleros, la Plaza de San Marcos o el Puente de Rialto, del Venetian Resort Hotel Casino.

Pues esta tecnología de realidad virtual y mixta me recuerda mucho a esa sensación. No me extraña que haya quien alerta del peligro de aislamiento, porque es un mecanismo excelente para huir de tu realidad física.

Soy consciente de que ya he abrazado esta tecnología por todas sus posibilidades, y de que lo haré cada vez más, máxime cuando consiga unas, sea cuando sea, pero también tengo claro, que tendré que estar muy atento en no caer preso de las garras de este nuevo tipo de adicción.

Y tú, ¿crees que abrazarás esta nueva tecnología?

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Esta última semana ha visto la luz pública una nueva estrella tecnológica, las Apple Vision Pro.

Es un producto que, a quienes nos encantan los «cacharritos», no te deja indiferente, o más bien te atrapa. Y es que tiene luces potentes, basadas en su potencialidad y en sus posibilidades de interacción, aprendizaje y productividad, como hacía tiempo que no se veían. En definitiva, es un nuevo mundo.

Pero también tiene sombras peligrosas, y no me refiero al coste, inasumible para la mayoría.

Hace ya días que decidí dejar de ver videos sobre sus funcionalidades y características técnicas. Los devoraba, porque a cada cual quedaba más sorprendido. Y lo hice porque empezaba a rondarme la cabeza la idea de coger un avión y pasar un fin de semana en Nueva York, con el objetivo de conseguirlas, ya que, en la mejor de las previsiones, no se las espera ver a la venta en Europa antes de un año, y más tiempo aún en el caso de España.

Ha coincidido en el tiempo con que he podido usar más en profundidad unas Meta Quest 3. Estas son las gafas de Meta, que hasta hace unas semanas no hubiera dudado en decir que eran flipantes, y de lo más avanzado que existía, y que ahora se han quedado muy rezagadas en esta nueva carrera tecnológica, máxime para alguien que vive en el ecosistema Apple como es mi caso.

Pero usar las Meta me ha permitido entender mucho mejor los videos de las Apple Visión Pro. Porque, en realidad, no dejan de ser dos modelos o versiones de un mismo concepto, con diferentes desarrollos tecnológicos.

Es sorprendente la capacidad de inmersión que tienen. Como desaparece la realidad física como tal, y te sumerges en una diferente, ya sea mixta, donde se junta la real con capas añadidas de elementos e información, o ya sea inmersiva completamente, donde estás, literalmente, en otro mundo.

No sé si has tenido la oportunidad de pasear por los hoteles de Las Vegas, pero pronto te das cuentas de que están diseñados para que no salgas de ellos. Recuerdo perfectamente perder la noción del tiempo transcurrido paseando por los canales con gondoleros, la Plaza de San Marcos o el Puente de Rialto, del Venetian Resort Hotel Casino.

Pues esta tecnología de realidad virtual y mixta me recuerda mucho a esa sensación. No me extraña que haya quien alerta del peligro de aislamiento, porque es un mecanismo excelente para huir de tu realidad física.

Soy consciente de que ya he abrazado esta tecnología por todas sus posibilidades, y de que lo haré cada vez más, máxime cuando consiga unas, sea cuando sea, pero también tengo claro, que tendré que estar muy atento en no caer preso de las garras de este nuevo tipo de adicción.

Y tú, ¿crees que abrazarás esta nueva tecnología?

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