Me encanta escribir.

Y me encanta tener un papel y un bolígrafo, y dejar que fluyan en complicidad amorosa. Hay algo mágico en escribir cosas a mano.

Pero lo que no me gusta es teclear. No he tenido más remedio que convivir con los teclados, pero no me gustan. Quizá no saber mecanografía tenga algo que ver, pero, aunque supiera, dudo que me gustara, tan solo sería más eficiente escribiendo.

Por eso, hace mucho tiempo ya, que de forma natural tiendo a probar los mecanismos que surgen para evitar los teclados, basados en los procesos de transcripción de la voz. Hace siete años ya escribía sobre esto.

Pero esto de dictarle a un ordenador, o a un teléfono móvil, siempre ha tenido una serie de problemas inherentes. El primero era el grado de precisión de la transcripción, que en muchos casos dejaba mucho que desear, al menos en idioma español, que es el que utilizo. El segundo era la ausencia de todo el proceso de formato, es decir, la ausencia de comas, puntos seguidos y aparte, líneas entre párrafos, etc. Así, debido a los dos puntos anteriores, siempre era necesario un proceso de revisión y edición posterior del texto dictado. Y finalmente, en las Apps que despuntaban mejoras, inevitablemente había que pasar por la nube, ya que ninguna funcionaba en modo local.

El resultado de todo esto es que, en realidad, según la longitud de lo que dictabas, tu destreza personal a la hora de dictar, y la tecnología usada, nunca quedaba claro si era más eficiente escribir directamente con el teclado el texto, o dictarlo y hacer todas las tareas antes descritas.

Pero en estos meses vertiginosos y apasionantes de explosión de la inteligencia artificial generativa, esta opción de transcripción de voz a texto es una de las que se está consolidando cada vez con más fuerza.

Hace más de seis meses que introduje en mi flujo de trabajo una App llamada TalkNotes. En cualquier reunión que hago, tomo notas con papel y boli, porque es con lo que me siento cómodo, y justo al terminar, dicto mi resumen de la reunión, con mis pensamientos, ideas, acuerdos y tareas derivadas, a la App en mi teléfono móvil. Esta envía lo dictado a un servidor, donde se transcribe y devuelve el contenido al propio teléfono móvil, quedando copia en el servidor, para incorporarlo de forma sencilla a mi cerebro digital, y tener así a buen recaudo todo lo hablado y acordado en dicha reunión. Sobra decir que, además de reuniones, sirve para cualquier otra cosa.

TalkNotes tiene una buena precisión, y me gusta bastante, pero sigue sin interpretar completamente bien el proceso de formato, además de estar en la nube. Por lo tanto, me es una App útil, porque si he calculado que me ahorra bastante tiempo, pero no es el destino final.

Hace días que estoy probando la que quizá sí sea el destino final (o la primera que podría considerarla así). Al menos en los idiomas inglés y alemán lo es ya. Es en idioma español donde le aún le falta una cosa, la que, en cuanto incorpore, y si cumple con lo que creo que cumplirá, te traeré aquí para enseñártela.

Y tú, ¿eres de teclear o de hablar?

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Me encanta escribir.

Y me encanta tener un papel y un bolígrafo, y dejar que fluyan en complicidad amorosa. Hay algo mágico en escribir cosas a mano.

Pero lo que no me gusta es teclear. No he tenido más remedio que convivir con los teclados, pero no me gustan. Quizá no saber mecanografía tenga algo que ver, pero, aunque supiera, dudo que me gustara, tan solo sería más eficiente escribiendo.

Por eso, hace mucho tiempo ya, que de forma natural tiendo a probar los mecanismos que surgen para evitar los teclados, basados en los procesos de transcripción de la voz. Hace siete años ya escribía sobre esto.

Pero esto de dictarle a un ordenador, o a un teléfono móvil, siempre ha tenido una serie de problemas inherentes. El primero era el grado de precisión de la transcripción, que en muchos casos dejaba mucho que desear, al menos en idioma español, que es el que utilizo. El segundo era la ausencia de todo el proceso de formato, es decir, la ausencia de comas, puntos seguidos y aparte, líneas entre párrafos, etc. Así, debido a los dos puntos anteriores, siempre era necesario un proceso de revisión y edición posterior del texto dictado. Y finalmente, en las Apps que despuntaban mejoras, inevitablemente había que pasar por la nube, ya que ninguna funcionaba en modo local.

El resultado de todo esto es que, en realidad, según la longitud de lo que dictabas, tu destreza personal a la hora de dictar, y la tecnología usada, nunca quedaba claro si era más eficiente escribir directamente con el teclado el texto, o dictarlo y hacer todas las tareas antes descritas.

Pero en estos meses vertiginosos y apasionantes de explosión de la inteligencia artificial generativa, esta opción de transcripción de voz a texto es una de las que se está consolidando cada vez con más fuerza.

Hace más de seis meses que introduje en mi flujo de trabajo una App llamada TalkNotes. En cualquier reunión que hago, tomo notas con papel y boli, porque es con lo que me siento cómodo, y justo al terminar, dicto mi resumen de la reunión, con mis pensamientos, ideas, acuerdos y tareas derivadas, a la App en mi teléfono móvil. Esta envía lo dictado a un servidor, donde se transcribe y devuelve el contenido al propio teléfono móvil, quedando copia en el servidor, para incorporarlo de forma sencilla a mi cerebro digital, y tener así a buen recaudo todo lo hablado y acordado en dicha reunión. Sobra decir que, además de reuniones, sirve para cualquier otra cosa.

TalkNotes tiene una buena precisión, y me gusta bastante, pero sigue sin interpretar completamente bien el proceso de formato, además de estar en la nube. Por lo tanto, me es una App útil, porque si he calculado que me ahorra bastante tiempo, pero no es el destino final.

Hace días que estoy probando la que quizá sí sea el destino final (o la primera que podría considerarla así). Al menos en los idiomas inglés y alemán lo es ya. Es en idioma español donde le aún le falta una cosa, la que, en cuanto incorpore, y si cumple con lo que creo que cumplirá, te traeré aquí para enseñártela.

Y tú, ¿eres de teclear o de hablar?

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