Vuelven a ser las 05:40 h de la mañana, de un festivo, 12 de octubre en esta ocasión, y vuelvo a sonreír y a bailotear por la cocina al son de la música que fluye por los Airpods.

Estoy contento, o más bien emocionado, vuelvo a escribir.

Ya te dije en la última entrada de «Highway To SEFH», que algo llevaba en mente. En realidad, nunca hubo una duda. Desde el principio, este Diario tenía dos nombres, el propio de la situación coyuntural de unas elecciones en la SEFH, y el verdadero, el que aparece en el nombre del dominio, y título actual, que es mucho más extenso en marco temporal y perspectivas de contenido, que el otro.

Hoy se inicia la siguiente versión del Diario de un Inconformista.

Una donde quiero escribir con regularidad, pero sin presiones de fechas. Una en la que escribiré sobre cualquier tema profesional o personal que me apetezca, o que la actualidad requiera. Una en la que disfrute de escribir.

Y, ¿sabes otra cosa?, me encanta el nombre de este Diario.

Alguien me preguntó el otro día por este nombre, por si se podía haber pensado que fuera algo negativo, o algo que evidenciara por sí mismo unas supuestas intenciones negativas por mi parte.

Sin duda, es una cuestión de perspectiva, porque frente al conformismo, el inconformismo ofrece la oportunidad de cuestionar, de innovar y de crecer. Mientras que el conformismo puede proporcionar comodidad y aceptación social, también puede limitar el potencial individual y colectivo.

Ser inconformista, cuando se hace con intención y propósito constructivo, como es el caso, puede ser una fuerza poderosa para el cambio positivo tanto en el nivel personal como en el social.

Y tú, ¿crees que es negativo, o tiene connotaciones negativas, el inconformismo bien entendido?

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Vuelven a ser las 05:40 h de la mañana, de un festivo, 12 de octubre en esta ocasión, y vuelvo a sonreír y a bailotear por la cocina al son de la música que fluye por los Airpods.

Estoy contento, o más bien emocionado, vuelvo a escribir.

Ya te dije en la última entrada de «Highway To SEFH», que algo llevaba en mente. En realidad, nunca hubo una duda. Desde el principio, este Diario tenía dos nombres, el propio de la situación coyuntural de unas elecciones en la SEFH, y el verdadero, el que aparece en el nombre del dominio, y título actual, que es mucho más extenso en marco temporal y perspectivas de contenido, que el otro.

Hoy se inicia la siguiente versión del Diario de un Inconformista.

Una donde quiero escribir con regularidad, pero sin presiones de fechas. Una en la que escribiré sobre cualquier tema profesional o personal que me apetezca, o que la actualidad requiera. Una en la que disfrute de escribir.

Y, ¿sabes otra cosa?, me encanta el nombre de este Diario.

Alguien me preguntó el otro día por este nombre, por si se podía haber pensado que fuera algo negativo, o algo que evidenciara por sí mismo unas supuestas intenciones negativas por mi parte.

Sin duda, es una cuestión de perspectiva, porque frente al conformismo, el inconformismo ofrece la oportunidad de cuestionar, de innovar y de crecer. Mientras que el conformismo puede proporcionar comodidad y aceptación social, también puede limitar el potencial individual y colectivo.

Ser inconformista, cuando se hace con intención y propósito constructivo, como es el caso, puede ser una fuerza poderosa para el cambio positivo tanto en el nivel personal como en el social.

Y tú, ¿crees que es negativo, o tiene connotaciones negativas, el inconformismo bien entendido?

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